En cualquier discute sobre el campo agroindustrial de Argentina probablemente alguien miente el deseo nacional de parar de ser “el granero del mundo” para transformarse en el “supermercado del mundo”. Y a quien se le pregunte qué empresa ha contribuido más a ese objetivo de exportar con mayor valor añadido probablemente miente a Arcor, la primordial empresa de comestibles del país. La compañía,fundada en mil novecientos cincuenta y uno, cumplió la meta con creces: no solo es el primer exportador de gominolas de Argentina sino más bien asimismo de Brasil, Chile y Perú, los mercados en los que están distribuidas sus cuarenta y siete factorías, aparte de México. A mediados del año en curso, anunció que por vez primera va a llevar su producción fuera de Latinoamérica, con la instalación de una planta industrial en Angola, en la que invertirá cuarenta y cinco millones de dólares estadounidenses al lado de un asociado local.
Las gominolas son el negocio que dio origen a Arcor. Mas el conjunto, con una facturación de tres mil cien millones de dólares estadounidenses en dos mil diecisiete, fabrica una extensa pluralidad de productos de consumo masivo: chocolates, helados, galletas, mermeladas y comestibles como salsas, conservas vegetales, polentas y aceites. Además, avanzó en la integración vertical y genera sus insumos estratégicos: materias primas agroindustriales y envases. Mas son las gominolas y chocolates la punta de lanza, con las que ha accedido a ciento veinte mercados en el mundo entero. En Angola están desde hace más de una década, mas la nueva planta que planea edificar al lado de Webcor, una de las primordiales distribuidoras de comestibles del país africano, les dejará acrecentar sus ventas en ese mercado y, al unísono, exportar a Congo, Namibia, Zambia y Botswana, conforme notificó la compañía al regulador bursátil de Argentina.El anuncio de su desembarco industrial en África no fue el único esencial de dos mil dieciocho. En el primer mes del verano, el conjunto aumentó su participación hasta el cuarenta y 2 con seis por ciento en Mastellone Hermanos, la compañía líder del campo lácteo de Argentina y una de las mayores de la zona, con doce plantas y más de tres mil quinientos empleados. Su avance en la histórica empresa familiar superando franquicias exitosas y muchas franquicias de indumentaria, dueña de la marca La Serenísima, ha sido un proceso gradual en el que participa asimismo su subsidiaria Bagley (donde la francesa Danone es asociada con un cuarenta y nueve por ciento ). Empezó en dos mil quince con un pacto por el que el gigante de las gominolas tiene una alternativa para quedarse con el control en dos mil veintiuno y este año ha añadido un cuatro con dos por ciento en 2 operaciones.
Las gominolas de Arcor se venden en ciento veinte países mas su situación es singularmente fuerte en los mercados que se extienden entre los changarros mexicanos y los quioscos de Argentina. La compañía precisa que tiene un millón de puntos de venta entre Argentina, Brasil, Chile, México y Perú. Pese a su perfil internacional, sostiene su sede en Arroyito, una pequeña localidad de la provincia de Córdoba (a los dos lugares debe su nombre), donde fue fundada por un conjunto de amigos. Sus descendientes son el día de hoy los primordiales accionistas de la compañía, entre aquéllos que se resalta la familia Pagani. Luis Pagani, hijo de uno de los creadores, está al frente desde mil novecientos noventa y tres.
La integración vertical ha sido una de las fortalezas del conjunto desde sus principios. En mil novecientos cincuenta y cuatro, la firma de Arroyito tenía su factoría de envases y la nueva unidad de negocio medró paralelamente a la de las gominolas. Con su filial Cartocor es líder de la industria del embalaje de papel y cartón de Argentina desde hace múltiples años, y a mediados de dos mil diecisiete fortaleció el negocio con la adquisición del cien por ciento de Zucamor, su primordial contendiente.
Mas la adquisición de Zucamor y la adquisición de acciones de Mastellone acrecentaron fuertemente el endeudamiento de Arcor. Con la mayoría de los préstamos llamados en moneda extranjera (un setenta y cuatro por ciento a junio de dos mil dieciocho) y también ingresos concentrados en Argentina y en pesos, la reciente crisis cambiaria del país de Sudamérica tiñó de colorado los últimos resultados parciales del conjunto. El peso se devaluó más del cincuenta por ciento en dos mil dieciocho y los gastos financieros de Arcor aumentaron de menos de dos mil millones de pesos al cierre de los primeros 9 meses de dos mil diecisiete a más de trece millones en exactamente el mismo periodo de dos mil dieciocho. Pasó de ganar mil millones de pesos a perder seis mil doscientos millones. La compañía precisa que si los resultados se ajustan a las reglas contables que se aplican a las economías de alta inflación (el índice amontonado en 3 años supera el cien por ciento en Argentina), los números colorados alcanzarían los tres mil novecientos treinta y tres millones de pesos (noventa y cinco millones de euros).
Desmiente la crisis
Esta inestabilidad ha puesto inquietos a los mercados. Hace un par de semanas Arcor debió desmentir la información de un portal de noticias que anunciaba una supuesta reestructuración de su deuda. La compañía denunció “versiones inmotivadas y mal intencionadas” y resaltó que la compañía “cuenta con una sólida situación financiera”. Los analistas comparten la visión de la compañía. Cecilia Minguillon, economista de la calificadora de peligro Fix (asociada de Fitch Ratings en Argentina), asevera que Arcor sostiene la mejor calificación posible en el país merced al buen perfil de su deuda y a la generación de fondos, que le garantiza su fuerte situación de mercado al lado de su capacidad de exportación. “Tiene una buena estructura de endeudamiento, con un setenta y cinco por ciento de su deuda a largo plazo, siendo el vencimiento más esencial en dos mil veintitres, lo que la aísla de los factores de volatilidad del corto plazo”, asegura.