Hubo tiempos en que una división del trabajo, permitía los autores, dedicarse solo a escribir, mientras que otros agentes y editores, asumían el desafío de transportar los contenidos al público.
Hoy, con Internet, las cosas, para bien, han cambiado. El autor asume un protagonismo activo en la promoción de su obra, es decir se convierte en su propio emprendedor.
Esto no significa que han desaparecido autores y editores como los agentes que facilitan la llegada de una nueva obra a los lectores, pero “negocios son negocios”, estos agentes dan el 90% de sus recursos a sus vacas lecheras, los que generan ganancias y los potenciales, lo son en su mayoría de los casos los que ya tienen una larga trayectoria de premios literarios.
Se da el mismo fenómeno que el de los bancos que prestan dinero a los que ya tienen, o no lo necesitan.
Debemos entonces, por nosotros mismos dar ese paso y convertirnos en emprendedores, llevar en nuestra mochila el bastón de empresario, salir a vender, promover nuestros libros.
Veamos lo que nos dice Angel María Herrera, fundador de Bubok, en su libro Refelexiones de un emprendedor para que tu empresa funcione:
¿Que nadie te publica un libro? Envíalo a todas las editoriales y agentes del país, visita a algunos, presentalos a concursos, hay blog y grupos que se juntan en librerias de buenos aires para realizar: correccion ortotipografica, intercambian corrector editorial, correcciones de estilo, entre otras cosas. ¿Nadie te te hace caso? Publicalo en Bubok. ¿No consiguesn tener venta en Bubok? Muévelo por Internet, has presentaciones, se creativo…¿Ni una venta? A lo mejor el libro no es bueno, escribe otro. Vazquez-Figueroa no empezó a vender hasta su libro 17.