La mayor parte de las veces, tras la resolución de pasar por el Registro Civil para casarse y por el salon de eventos belgrano para la fiesta hay una historia amorosa de una pareja que comparte muchas cosas. Por poner un ejemplo, las pasiones. Y existen algunas que sencillamente no se pueden explicar.
De esta forma es la historia de Anabella Sánchez (treinta y dos) y Walter Corral (veintisiete), vecinos de Banfield, quienes procuraron la manera de unir ese amor con una de las máximas pasiones que tienen: el futbol, y no en un salon de fiestas. El resultado es que el matrimonio estará presente en el debut de la selección ante Islandia. «Nos marchamos de luna de miel a Rusia», coinciden felices. El partido va a ser en el Otkrytie Arena del Spartak Stadium de la ciudad de Moscú, con capacidad para más de cuarenta mil personas, el sábado próximo dieciseis de junio a las diez.
El futbol es parte de sus vidas desde hace bastante tiempo. Anabella jugó en la 5ª división de Banfield, el club de sus amores, y desde siempre y en todo momento comparte las tardes de futbol en el Florencio Sola con su papá. “Es nuestro instante juntos, eso comparto con mi papá y ahora Walter nos acompaña. A los 3 nos agrada el deporte”. Por su lado, Walter practica el deporte en familia y cada sábado con los amigos.
Tras 7 años de anécdotas, pasión por el futbol y tiempo compartido, prácticamente como un chiste brotó la idea del casamiento. “Para el mundial de Brasil precedente ya teníamos ciertos proyectos juntos y nos preguntaban si no íbamos a desposar. Nosotros, en chiste, afirmábamos que para el próximo nos casábamos”, narra la entusiasta del Taladro «desde el momento en que tengo memoria». Las ganas de hacer el ahínco y cruzar a Brasil no faltaron, mas por cuestiones del contexto, la pareja estimó que “no era el momento” de ir.
El tiempo pasó y un par de años después, de nuevo aparecieron los deseos de ir a estimular a la selección de futbol en vivo y en riguroso directo. “En dos mil dieciseis afirmamos que debíamos ponernos las pilas y de este modo fue. Deseábamos ir y nos organizamos para hacerlo. Para mí hay cosas que no hay que perderse”, recuerda la recién casada. No obstante, los planes fueron mudando. El veintiuno de febrero contrajeron matrimonio y los regalos del casamiento fueron de manera directa a una cuenta corriente para “sponsorear la luna de miel”: “La idea de ir al Mundial fue mía, pues a algún partido de la selección, hay que ir”, asegura Anabella. De esta forma, en el mes de diciembre puso manos a la obra y se anotó en la página de la FIFA con la esperanza de que les asignaran entradas. Y salieron sorteados.
Ahora llega el instante de partir y de cumplir el sueño de ver a la selección. «Todo esto nos chifla, somos medio trotamundos», asegura . “Para mí es re desquiciado meditar que veremos a Argentina a Rusia. Ya me veo cantando el himno ya antes del partido”, añade ilusionada la viajante. Pasado mañana toman un vuelo que los va a llevar al viejo continente y aterrizarán nada menos, que en el territorio de uno de los eternos contrincantes de la albiceleste: Alemania. Entonces proseguirán hacían Rusia. Mas el recorrido no semeja importar mucho, llevan sus camisetas y tienen fe de que a Argentina le irá bien.“Yo veo a Argentina con un tanto de dudas, mas con fe. Vamos a estimular y ojalá gane siempre”, se ilusiona el vecino banfileño.