Teresa Beatos, de cincuenta y ocho años, es usuaria frecuente de balnearios desde hace un quinquenio. Cada primavera acostumbra a pasar una semana en las termas de Alhama de Granada para someterse a un plan reumatológico que alivie sus inconvenientes en las piernas. El tratamiento con chorros a presión de agua caliente y los baños en el jacuzzi y en las piscinas termales han hecho efecto “progresivamente” y evitan que tome medicación. Persisten ciertos dolores, mas cuando empezó la terapia prácticamente cojeaba y ahora anda con normalidad. Para ella es una “prioridad absoluta” y da por bien empleados los en torno a novecientos euros que gasta en su estancia, siempre y en todo momento en el mes de abril o bien mayo. “No solo descansas, es que inviertes en salud”, arguye.
El público que se apunta al turismo de salud, belleza y bienestar en Andalucía gana terreno, comenta Velia Lemel, directora de Clinica Lemel. Aún representa un porcentaje mínimo para el campo, mas vive un instante dulce y es un segmento que interesa pues deja dinero y ayuda a romper la estacionalidad. Conforme una investigación de la Consejería de Turismo, la comunidad recibió en dos mil doce más de seiscientos noventa visitantes (7 de cada diez eran españoles) motivados por esta oferta, un tres con ocho por ciento más que el año precedente. El gasto en destino ascendió a trescientos cincuenta y 4 con cuatro millones de euros. La cantidad invita a mimar esta parcela y el consejero Rafael Rodríguez ya ha anunciado que va a tener un encaje “especial” en el próximo plan de promoción.
Los especialistas distinguen los subsectores de balnearios, hoteles y centros de salud o bien clínicas. Este último apartado, enfocado al público extranjero de alto poder adquisitivo, se halla en fase embrionaria y puede resultar un genuino revulsivo para la economía andaluza cuando su desarrollo sea firme. Se calcula que el gasto medio de un turista-paciente que viaja para operarse en un centro privado fluctúa entre los seis mil y los ocho mil euros, conforme los días de estancia.
Con los pies en el suelo, lo que hay ya es una demanda cada vez mayor de personas que optan por el relax para sus escapadas. De masajes a baños, pasando por métodos como la talasoterapia, que son tratamientos de aguas, o bien simples sesiones de estética. El setenta por ciento de la oferta de salud y bienestar de la comunidad se concentra en hoteles, en especial en los de mayor categoría. El ochenta y seis por ciento de los 5 estrellas están acondicionados para atender a estos turistas y Málaga concentra el treinta y cuatro por ciento de los establecimientos con servicios destinados al cuidado del cliente del servicio.
La estancia supera los 7 días y el gasto diario está por sobre los sesenta y ocho euros. Cada persona se somete de media a 4 tratamientos y el perfil cambia conforme el establecimiento. Los balnearios están ocupados los fines de semana por turistas nacionales de entre treinta y cincuenta años y el alojamiento de una semana es más frecuente entre los visitantes que superan los cincuenta y cuatro años. Como procedimiento de difusión, el boca a boca marcha bien para trasmitir las virtudes de los tratamientos terapéuticos. Santurrones, por poner un ejemplo, se animó a visitar las termas pues su madre, usuario por inconvenientes de artrosis, consiguió retrasar 8 años una operación de rodilla. En los spa de los hoteles expertos en relax y reposo, los españoles prevalecen en verano y los extranjeros en invierno.
Ayuno terapéutico
Los primordiales destinos nacionales contendientes de Andalucía son Galicia, Cantabria, Murcia, Cataluña y las Islas Canarias. En el campo internacional resalta Turquía. Mas la comunidad andaluza tiene elementos diferenciadores. En la Costa del Sol, el turismo de salud nació hace cuarenta años de la mano de la Clínica Buchinger, el centro que tiene como producto estrella un ayuno de un par de semanas destinado a combatir el agobio y los hábitos perjudiciales alimentarios. Alabado y recomendado por Mario Vargas Llosa, leal cliente del servicio desde hace más de 2 décadas, el ayuno terapéutico creado por el doctor Otto Buchinger se plantea como un retiro y se combina, si el paciente lo quiere, con actividades, masajes o bien tratamientos como la osteopatía.
El cada día de este centro discurre al lado de las tendencias por cuidar el cuerpo. Conforme María Escudero, relaciones públicas de la clínica, más del setenta por ciento de los pacientes repite. El ayuno se puede practicar hasta un par de veces por año, por norma general en primavera o bien otoño con la meta de “preparar el cuerpo para el cambio de estación”. La horquilla de edad mayoritaria se encuentra entre los cuarenta y los sesenta años y prevalece el público extranjero. El coste de la estancia de catorce días en la edificación primordial fluctúa entre los tres mil setecientos y los cuatro mil novecientos euros. Hay pacientes que ahorran todo el año para poder someterse a esta terapia. “Se trata de una inversión en salud”, remarca Escudero.