Por qué Sociabilizar Ayuda a la Salud Mental y Física

No solamente posibilita subir el ánimo, sino que también produce serotonina.

No solamente posibilita subir el ánimo, sino que también produce serotonina. Una psicóloga explica los diversos beneficios de los vínculos y el valor de reconectar con los otros más allá de la enfermedad pandémica.

Luego de un año y medio del principio de la enfermedad pandémica por covid-19, volver a juntarse con parientes y amigos puede crear varios temores. El temor al contagio y la cuarentena hicieron que bastantes personas se acostumbraran a una vida más casera, solitaria y menos sociable. Sin embargo, los especialistas sugieren volver a conectar de a poco con los demás debido a que esto genera diversas beneficios en la salud psicológica.

Socializar es una de las modalidades más recomendadas de mejorar el estado de ánimo para ser más felices. Diversos estudios científicos han demostrado que tener relación con los otros no únicamente enriquece al cerebro, sino que fortalece las articulaciones, los músculos y los huesos.

Para los especialistas, esos que mantienen “lazos estrechos y satisfactorios” con otras personas, poseen un sistema inmunológico más resistente, son más longevos y tienen una mejor salud psicológica que quienes acostumbran aislarse.

Además, sostienen que las experiencias compartidas producen emociones positivas que previenen las patologías cardiovasculares. Por otro lado, las personas solitarias acostumbran ser más tensas, depresivas y tienden a llevar una peor calidad de vida.

La psicóloga Ana María Fusaro, explicó:

“Las emociones positivas generan serotonina, un neurotransmisor que regula cada una de los sentimientos y sensaciones de alegría y confort. A más grande producción de serotonina, sentimos más grande confort. Aquello es lo que pasa a grado químico en el cerebro.

A grado psíquico, una vez que poseemos inconvenientes que producen malestar y ansiedad, los individuos acostumbran hacer una catarsis, o sea, una descarga que principalmente se apoya en verbalizar aquellas emociones contándoselas a otras personas en forma de tener un feedback y recibir respuestas. Aquel compartir con el otro crea alivio debido a que la sensación más pesada es lo no dicho”.

Para la especialista, reunirse y compartir instantes con otros -ya sea para celebrar, charlar o compartir un problema-, crea diversas beneficios mentales: se renueva la energía, se genera alegría, se impermeabiliza el cuerpo humano, provoca que los individuos se sientan más optimistas y contentas, más queridas y amadas, entre otras cosas.

“En el contacto cálido con los otros, frecuenta haber afecto y resonancias. Un vocablo, una sonrisa, una mirada de alguien que apreciamos resultan muy buenas para la salud. En los encuentros, nace el amor por la pareja, la amistad, la comunidad, entre muchos vínculos.

Constantemente hay amor detrás de las expresiones, ya sean verbales o no verbales. En los intercambios o reuniones fluyen energías positivas de amor que enriquecen el alma y nos hacen sentir más positivos, frescos, adolescentes, vivos y felices”, sostuvo.

reunirse y compartir momentos con otros genera múltiples beneficios para la salud mental: se renueva la energía, se produce alegría y mayor optimismo

En lo cual respecta a conocer gente nueva, Fusaro comentó: “Hay algo de reto, de hallazgo de otro tipo de emociones, curiosidad, etc, que tienen la posibilidad de ocasionar efectos bastante positivos en la salud psíquica. Producir nuevos vínculos posibilita tener sensaciones inéditas que tienen la posibilidad de ser emocionantes y gratificantes, o sea, una excitación positiva. Hay sitios del cerebro y lo demás del organismo que se despiertan frente a los nuevos encuentros”.

En dicha misma línea, agregó que la estabilidad de estar ligados y conectados con otros, sin dudas coopera a la salud física y de la mente. Una averiguación de la Universidad de Michigan (EE.UU.), enseñó que dialogar cada día con parientes o amigos es tan productivo para la memoria como hacer un crucigrama. La ayuda de los afectos ayuda a sobrellevar patologías graves y otros inconvenientes particulares.

Otro análisis llevado a cabo por la Universidad de Yale (EE.UU.) con 194 personas que sufrieron un infarto reveló que quienes han acogido apoyo emocional, tenían 3 veces más probabilidades de sobrevivir a los 6 meses de haber padecido el ataque al corazón.

Finalmente, una indagación del Instituto Karolinska (en Suecia) informó que la separación social en adultos más grandes incrementó la probabilidad de padecer patologías cardíacas, psicosomáticas y cáncer. Sin embargo, quienes eran extrovertidos y llevaban un estilo de vida más sociable, han tenido un 40% menos de peligro de desarrollar demencia senil.